sábado, noviembre 19, 2005

Más momentos mágicos

Estaba con "Él mismo" en la cocina, enseñándole a dar vueltas (sí, sí, dar vueltas, como en ballet). Le explicaba que en danza cuando se gira, se mira a un punto de referencia, y al girar hay que mirarlo de manera que la cabeza sea lo último que mire al punto y lo primero, antes de que el resto del cuerpo termine de dar el giro. Es decir, da una vuelta más rápida que el resto.

Le dije: "Tienes que escoger un punto al que mirar, eso ayuda a no marearse. Es el punto de equilibrio"

Y entonces "Él mismo", se volvió hacia mí, me cogió por la cintura y mirándome a los ojos contestó:

"Tú eres mi punto de equilibrio"





Nota mental: Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh! (suspiro) que cursi soy algunas veces. Menos mal que son pocas ;) Seguro que ahora mismo Erendis está regocijándose por todas las veces que la llamo "pastelosa". Que perrilla XD

viernes, noviembre 18, 2005

Palabras textuales...

Día: Martes, 15 de Noviembre
Hora: 20:00
Lugar: Mi habitación
Localización de los individuos cuando se produjo la conversación: Eowyn sentada en el suelo, Erendis en mi cama, Brego a su lado, y Gon y yo de pie, en frente de ellos, uno al lado del otro.

La conversación se produjo tal cual os la cuento, ni más, ni menos:

Gon: Anda, pero si tienes uno de estos. En genial. Yo se lo regalé a mi novia y triunfé muchísimo.
Erendis, Eowyn y Brego: ¿Que es eso?
Gon: Mirad, ven Míriel, que te lo hago a ti.
Erendis, Eowyn y Brego: ¡Hala! ¿ pero que haces?
Gon: No, en serio, escuchadme: No es simplemente empujar, ¿vale? Esto tiene su técnica. Y se puede variar, hacer diferentes cosas.
Míriel: (sonido de gustirrinín)
Todos los demás: ¡HALA! ¡Que fuerte! A ver!! Ahora yo, ahora yo!!
Eowyn: (mismo sonido de gustirrinín) ¡Madre mía! ¡¿Donde dices que has comprado esto?!
Míriel: En _______ .
Eowyn: ¡Vamos en seguida! ¡¡Yo quiero uno!!
Erendis: Peor esto mola cuando te lo hacen.
Gon: Claro. Que te lo haga alguien.
Erendis: ¡Sobre todo si es de manera espontánea!
Eowyn: Eso, que venga de repente por detrás y....
Brego: A ver...
Todos: ¡No!, tu sólo no!!
Míriel: Espera, que yo te lo hago....
Erendis: Y luego me toca a mí.
Brego: (sonido de gustirrinín)
Erendis: (sonido de gustirrinín)
Míriel: Joe, como venga ahora mi madre y nos vea se va a quedar con una cara... Menos mal que no nos está oyendo.
Gon: ¿Veis? Y se puedes hacer cosas distintas, pero sin duda, la primera vez que te lo hacen es la mejor. Luego ya no se siente lo mismo.
Eowyn: Vamos, en serio, jo, ¡que yo quiero uno!




(Nota a pie de página: El objeto en cuestión era un "Orgasmatrón", un aparato para dar masajes en la cabeza que compré en Vips.... ¡¡¡¡¡PERVERTIDOS!!!!!)

Rising fighting spirit

Rising fighting spirit. Alzarse el espíritu de lucha o como más me gusta a mí, " El poder del espíritu de lucha".

El no dejarse vencer. El levantarse cuando te caes. El mirar a los ojos a aquello que te disgusta, aquello que te da miedo, aquello que ni si quiera sabes como superar, porque es tan complicado que se te ha olvidado como llegaste a esa situación. Pero lo miras, lo miras directamente y sonríes, porque sabes que la victoria es tuya.

Eso es el espíritu de lucha, y es muy importante. Si crees que te falta, mira dentro de tí y lo encontrarás. Si lo tienes, no lo pierdas.

Ejemplo ilustrativo de mi último post xD





domingo, noviembre 13, 2005

Ya sé que no puedo.... ¡pero lo quiero!

Porque ahí reside todo su atractivo, probablemente. Es una situación que se da a menudo. Sabemos que hay ciertas personas, situaciones o cosas que no son para nosotros (o que no son buenas para nosotros) pero no podemos evitar sentirnos totalmente atraídos por ellas, aunque sepamos que si actuáramos de forma racional NUNCA nos acercaríamos a ellas. De ninguna manera.

Pero el ser humano demuestra ser muy tonto algunas veces. Los fines de semana, por ejemplo, son un ejemplo clásico. O tienes 100 planes un mismo sábado, o no tienes ninguno. Cuando te pasa lo primero, y decides ser fuerte (y valiente) y acudir en una misma noche a dos o tres eventos, lo único que te pasa por la cabeza es: "Estoy harta, debería estar en la cama. ¿Cuando van a dejarme descansar tranquilamente un día, simplemente para tirarme en el sofá, ver pelis de Woody Allen y comer chocolate blanco?" Pero en los días en que no te sale ningún plan... madre mía, la casa se te cae encima. No ponen nada en la tele. No hay nadie en internet. Y de repente observas que la lista de "tareas que hacer cuando no tenga nada que hacer" no sólo es diminuta, si no también aburridísima.

Con las personas ocurre lo mismo. Basta que decidas que no quieres estar con alguien para que te entren unas ganas horribles de llamarle. Y basta que te des cuenta de que esa persona no es buena para ti, para querer, desesperadamente, estar con ella. ¿Quién puede salvarte para no tropezar con la misma piedra y convertirte en un caso clásico de ley de Murphy, un pelele del destino, una idiota enamorada?

Pues unos buenos amigos que te den una leche de vez en cuando. Y que se sienten contigo un sábado por la noche a ver pelis de Woody Allen :)

sábado, noviembre 12, 2005

Hay cosas que nunca cambian

Como los muffins. ¿Que es un Muffin? (se preguntarán algunos, aunque a estas alturas.... ya les vale) Pues no es nada más y nada menos que una magdalena.... que cuesta 2 euros.

Algunas personas son como los muffins. Intentan cambiar, hacer las cosas mejor, pero lamentablemente, un muffin no es más que una magdalena con una forma un poco más bonita, un poco más apetitosa, y con sabor. No obstante es una magdalena. Y siempre lo será.

Realmente nunca compramos esas cosas por cómo son, si no por cómo nos hacen sentir. Por eso nos creemos el cuento de que es algo nuevo, diferente. En las relaciones pasa igual. A veces estamos tan desesperados, que somos capaces de creer cualquier cosa. Como por ejemplo que la gente cambia, cosa que (según mi experiencia) es casi imposible. ¿Cuántas parejas han vuelto después de una ruptura alegando que el otro había cambiado? ¿Cuantas personas han recuperado a su pareja prometiéndole cambiar? Y lo más importante... ¿cuánto han durado esas nuevas uniones?

Es como el cuento de que el sapo se convierte en un príncipe. Lo que realmente se olvida de la fábula, es que el sapo YA ERA UN PRÍNCIPE ANTES, así que la rana no se transforma, simplemente vuelve a ser lo que era en un principio, que es la única forma de cambio que conozco: el temporal. Al final el río siempre vuelve a su cauce. Y esta mañana lo he comprobado personalmente.

Aunque lleve virutas de chocolate, trozos de fruta, o añadidos exóticos, un muffin sigue siendo una magdalena, con la misma masa original. Pero en lo que a seres humanos y a relaciones sentimentales se refiere, no puedo evitar preguntarme:

¿Podemos llegar a cambiar por amor?

lunes, noviembre 07, 2005

Lo mejor que me han dicho después de un beso

Ya sé que es patético, pero después deun rato de.... "besuqueo", cuando nuestros labios por fin se separan (digo nuestros para referirme a los míos y a los de el otro, cualquiera) lo único que se me ocurre decir para suavizar toda la tensión que siento en el cuerpo al mirar al otro a los ojos es:
- Hola, ¿que tal?

Madre mía, que estúpida soy..... Pero me es imposible, recalco, I-M-P-O-S-I-B-L-E no hacerlo, y mira que me lo digo continuamente. De hecho, para incentivarme suelo pensar en mis heroínas en ese campo, las chicas de Sexo en Nueva York, y veo los DVD's, y estudio lo que dicen después de que las besen, pero claro, como casi siempre les proponen subir arriba a......... ESO, pues no me sirven (bendita independencia, algún día llegará, pero espero no ser tan golfa como ellas XD)

Sin embargo, hubo alguien que me dijo una frase estupenda depués de besarme. Como no quiero hubicarlo en el tiempo, no diré cuando fue, y cómo no pienso decir quien es (siiiiii, sufriiiiiiiiiid), le llamaré "El mismo".
Bien, como he dicho, estábamos besándonos, y cuando paramos, se quedó mirándome fijamente, con una expresión extraña, y en un alarde de originalidad dije:
-¿Qué?
Pero "El mismo" siguió mirádome y me contestó:
- Tú.
-Yo.. ¿qué?
- Ni la carrera, ni el vivir lejos, ni el curso, ni nada..... sólo existes tú.

Eso es lo mejor que me han dicho después de un beso. ¡Ahora os toca a vosotros!