Hoy he estado cotilleando el blog de alguien a quien una vez llamé “amiga”. No lo he leído porque ya no lo sea, lo he leído porque lo fue. Y mirando sus post antiguos, esos de hace dos o hasta tres años, he recibido la bofetada del pasado.
Es una sensación extraña: como a veces, al mirar nuestra propia vida, es como si mirásemos la vida de otro. Porque aquellas cosas que juramos que serían eternas, se han perdido entre la hojarasca del otoño. Lo que tanto nos importaba se ha transformado en cosas nuevas, que no guardan ningún parecido con sus antecesoras. Y una vocecita en nuestra cabeza comenta: “¿En qué estaría yo pensando?”
Me he preguntado si hice bien en algunos casos, y cómo influí en muchos otros. Si mi paso por las vidas de algunas personas las cambió, y de ser así, si tal vez hubiese sido mejor que nunca me hubieran conocido.
Abrir la puerta del pasado es como estar en un plató de cine, donde todas las cosas estuvieran pegadas y la gente siguiera un guión estricto. Puedes observar las cosas al detalle, escuchar y recordar, pero no puedes tocar ni cambiar absolutamente nada. Al final siempre se salé del plató con dolor de cabeza, impotencia, y muchas cosas en que pensar.
Esta mañana parecía que iba a ser un día de noviembre como otro cualquiera. Pero mi curiosidad y el ordenador me han traicionado, y he abierto la puerta del tiempo.
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4 comentarios:
Es ciertamente peligroso, sí... pero muy necesario de vez en cuando.
Mucho ánimo, guapa.
Un besote
Ains niña, eso lo podría haber escrito yo :S:S
Qué triste es cuando las cosas con los amigos se van de las manos y pasan a ser ex-amigos, que es una palabra terrible.
Un besote wapa, y espero que te vaya todo bien!!
No se puede vivir del pasado.
Yo he mandado a freir gàrgaras a uno y veo su blog ya por inercia, porque cosas luy interesantes no dice...
Y el tìo tiene los cojones de no admitir sus errores, pero la vida es asì.
Unos pasan por tu vida de forma efìmera, y duele, pero es asì el devenir del universo.Unos se van y otros llegan.
Va por el topo, of course.
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