viernes, abril 07, 2006

El malo de la película

Esto es lo que me dijo mi príncipe azul:

"Espero que concentres todo tu odio en mí y así el resto de los seres humanos se libren, porque puedes llegar a ser muy cruel".

Bueno, he de reconocer que no es la declaración de amor que esperaba (XD), pero también es verdad que el chico tiene razón. Y ahora voy a revelaros algo que para muchos es desconocido: Vivimos en una película.

Venga, reconocedlo. Todos somos protagonistas de nuestra propia historia, y eso es lo verdaderamente genial. A veces compartimos parte de nuestro protagonismo con la persona amada. Existen los protagonistas dramáticos, los que viven en una comedia, tres o cuatro afortunados (o desafortunados, depende) que participan en una película de acción. Nuestros amigos y familiares son nuestros actores secundarios, y a la vez son las estrellas de sus propias vidas. Maravilloso, todos contentos.

Excepto yo, que descubrí la verdad. No soy la actriz secundaria de los demás. Soy la mala de su película.

He de reconocer que al principio no sienta muy bien darte cuenta de que en muchas ocasiones eres la guarra asquerosa que incordia y hace la vida más difícil al héroe. Pero gracias a ese espectro llamado optimismo he encontrado muchas ventajas:

- Cuando eres malo, todo el mundo espera que hagas una maldad. Si te portas como un capullo, no pasa nada. Y luego, si haces algo bien, de repente todos te adoran porque no es lo que se espera de ti. En cambio cuando eres el bueno como la cagues... bueno, la has cagado. Nunca te perdonarán XD
- El prota guay normalmente tiene que dar pena, así que vive fatal. El malvado necesita un castillo digno de crear envidia para que lo detesten más. Y si no mirad donde vive Spiderman... y donde vive El Duende Verde (padre o hijo, es igual)
- Todo el mundo sabe en el fondo que la madrastra es mucho mas guapa que Blancanieves ;)
- Si, en ese último punto he sido muy creída, pero ¿eh? ¿que queréis? Soy malvada...
- Los malos van de negro. El negro estiliza. La licra amarilla es una caca (lo siento, Lobezno...)

La única pega que le encuentro a ser el malo es que es muy probable que acabes muerto... y además no encuentras a tu príncipe azul (sniffffffffff), porque no mereces tenerlo.

Claro, que siempre hay excepciones. Y a veces aparece uno que te sigue queriendo aunque sepa que quieres apoderarte del mundo ;)